La palabra ‘coaching’ está de moda y se usa en múltiples ámbitos, con mayor o menor acierto. Igual que ocurre en cualquier otro sector, cuando algo se pone de moda comienza a desvirtuarse su concepto.
Por este motivo, lo primero que debemos diferenciar es qué es coaching y qué no lo es y, como no, explicaremos las particularidades de los diferentes tipos de coaching.
Si hacemos una búsqueda pormenorizada, nos encontraremos una batería de nomenclaturas que pueden confundirte. ¿Cuántos tipos de coaching existen? ¿Qué diferencia hay entre los diferentes tipos de coaching?, etc.
En este artículo vamos a responder a todas tus dudas de manera pormenorizada, para que puedas tomar una decisión meditada si estás pensando en formarte como coach.
Coaching auténtico
Yo tuve el privilegio de formarme con uno de los padres fundadores del Coaching, Sir John Whitmore, a quién la reina de Inglaterra hizo caballero por su contribución al mundo con su técnica llamada coaching. Pero John siempre decía que se había equivocado con el nombre, ya que la palabra ‘coaching’ fácilmente conduce a una mala interpretación. ‘Coach’ en inglés significa entrenador. ¿Y qué suele hacer un entrenador? Darle instrucciones al deportista para que mejore en alguna faceta. Y esto es, en toda regla, ¡anti coaching!
Coaching es una metodología que, si se usa en profundidad, ayuda a las personas a DESPERTAR. ¿Qué significa esto? Significa darse cuenta de quiénes son, de qué tipo de vida quieren, de cómo quieren relacionarse con los demás, de cómo desean cumplir sus propósitos de vida, de cómo evolucionar personalmente por el camino llamado vida, y ser más felices a cada paso.
Pero todo ello solo puede ser descubierto por uno mismo. Por este motivo, un buen coach jamás te dirá quién eres o lo que debes hacer, sino que te hará preguntas muy difíciles para que tú despiertes y te des cuenta por ti mismo/a de tu propia realidad. En este sentido, coaching y entrenamiento o consultoría son técnicas opuestas. El coaching te ayuda a descubrir por ti mismo/a, la consultoría te ayuda a aprender o implementar lo que te indica el consultor.
Consultoría disfrazada de coaching
La palabra coaching con frecuencia vende más que la palabra consultoría. Antes el ser consultor era algo aspiracional, ahora lo es el ser coach. Por ello existe mucha consultoría que se ha cambiado el nombre, pero sigue haciendo lo mismo: decirte lo que debes hacer. Ejemplos como coaching estético, coaching dietético, coaching relacional, coaching comunicativo, coaching de liderazgo, coaching estratégico… son términos que en teoría podrían hacer referencia a un coaching de verdad, pero que lamentablemente muchas veces encubren una consultoría que se ha cambiado el nombre.
Estos supuestos coaches te darán instrucciones, indicaciones y técnicas para ganar en belleza, adelgazar, alimentarte mejor, liderar… lo cual es exactamente lo que hace un consultor: compartir su supuesta sabiduría con quién supuestamente no la tiene. Un buen coach jamás haría esto, puesto que sabe que toda la sabiduría que necesitas ya está en tu interior. El buen coaching te ayudará a que la encuentres y la apliques en tu vida por ti mismo/a.
Tipos de coaching verdadero
Dentro de lo que podríamos denominar coaching verdadero, existen 5 tipologías de coaching diferentes, según a quién vayan dirigidos:
Coaching de vida
El coaching de vida, también conocido como coaching personal, está dirigido a individuos que desean mejorar determinados aspectos de su vida, de ahí su nombre. Con lo infinitamente amplia que es la vida, este tipo de coaching puede abarcar cualquier faceta personal, profesional, emocional, relacional, espiritual, financiera, comunicativa, sexual, estética, dietética …
La persona que inicia un proceso de coaching decide qué faceta desea mejorar de su vida, y en ella trabajará con su coach. Algunos ejemplos pueden ser: Quiero mejorar mi relación de pareja. Quiero cambiar de trabajo. Quiero lograr un ascenso. Quiero mejorar mis finanzas. Quiero descubrir quién soy en realidad. Quiero recuperar mi fe en Dios. Quiero adelgazar. Quiero incrementar mi atractivo. Quiero cambiar de vida … Sea cual sea el asunto, por muy grande que parezca, un buen coaching de vida resulta profundamente transformador.
Coaching ejecutivo
El coaching ejecutivo está enfocado a directivos, managers y líderes en entornos empresariales. La manera de trabajar del coach es idéntica al coaching de vida, pero los temas que se trabajarán a lo largo del proceso estarán centrados en potenciar habilidades de liderazgo, liberar el potencial del equipo, impulsar el éxito de la empresa, etc. Otra diferencia a tener en cuenta que es que en coaching exejecutivo, es la empresa quién paga al coach y no el individuo. Por tanto, hay intereses múltiples en este tipo de procesos. Por un lado están las expectativas de la persona que participa en el proceso, pero también están las expectativas de su jefe/a, cuyo presupuesto financia todo el proceso.
Si queremos dedicarnos profesionalmente al coaching, debemos manejar con destreza estos dos tipos de coaching, ya que son los de mayor volumen.
Coaching deportivo
El coaching deportivo auténtico, es decir aquél que trabaja el autodescubrimiento, es un tipo de coaching que suele estar enfocado en ayudar a deportistas a cultivar estados mentales y emocionales más propicios para lograr sus metas deportivas.
Hay que distinguir claramente la figura del coach deportivo de la del entrenador. Un deportista profesional suele tener su entrenador, que le guía y enseña técnicas y métodos para mejorar. También puede tener adicionalmente a un coach deportivo, que le ayudará con preguntas poderosas a liberar sus obstáculos mentales y emocionales para incrementar su potencial. En coaching deportivo puede ser el propio deportista quién pague al coach, o el club deportivo al que pertenece.
Coaching educativo
El coaching educativo está enfocado en hijos o alumnos, para potenciar que crezcan con mayor autoestima, mayor entusiasmo y ganas de aprender, y hacerse más sabios a cada paso. También a que tengan más claros sus propósitos, lo que desean hacer de mayores, cuáles son sus dones y talentos etc. Este tipo de coaching puede utilizarse tanto por profesionales del coaching, como por padres/madres y profesores que se hayan formado en coaching.
Coaching grupal
Este tipo de coaching, a diferencia de todos los anteriores, no va dirigido a individuos sino a un grupo de personas. El coach planteará una herramienta, y todas las personas presentes en la sala trabajarán con ella individualmente. Dicho de otra manera, aunque haya cien personas en la sala, cada participante estará trabajando consigo mismo para potenciar alguna faceta de su propia vida. El coach facilitará la sesión apoyando a todos los participantes, a veces con preguntas generales, y otras con preguntas individuales para quién más lo necesite.
Coaching de equipos
La diferencia entre coaching grupal y coaching de equipos es que, en el segundo caso, todas las personas que participen han de conformar un verdadero equipo de trabajo.
La diferencia fundamental entre un equipo y un grupo de personas, es compartir un objetivo común y necesitarse mutuamente para lograrlo. En este tipo de coaching, el equipo definirá en su conjunto qué desea lograr con el proceso y todas las preguntas y herramientas que utilice el coach irán dirigidas al equipo en su conjunto, y no a los individuos. Todos trabajarán en lo mismo. Dicho de otro modo, si el equipo está formado por seis integrantes, el coach no coacheará individualmente a cada uno de ellos, sino que su cliente será un ente formado por seis personas, que verá en todo momento como una única unidad. Esta es la razón por la que este tipo de coaching es el que más se diferencia de todos los anteriores.
Tipos de coaching por niveles de profundidad
Lograr cambios sostenibles en personas y equipos no es tarea fácil. Sin tan fácil fuera, esas personas ya lo habrían hecho sin buscar ayuda. La dificultad del cambio radica en la inercia de nuestros patrones mentales y emocionales, cultivados durante años o décadas, que nos mantiene girando en el mismo punto sin saber salir del bucle.
Estos patrones están profundamente arraigados en el subconsciente de las personas o equipos, y sólo podrán liberarse de ellos y cambiar, si trabajamos en la raíz de los mismos. Si quieres limpiar tu jardín vital de malas hierbas, ¡has de arrancarlas de raíz! Pero trabajar en profundidad es mucho más difícil, hay más riesgo, más implicación, más peligro de sentirte tan perdido como tu cliente.
Un coaching profundo requiere un enorme coraje por parte del coach. Por eso existe tanto coaching superficial, es más fácil y cómodo, tanto para el coach como para el cliente. Pero el trabajo superficial no suele dar frutos. Veamos las diferencias entre un coaching realmente profundo, y otro que no lo es.
Coaching superficial
El coaching superficial es un tipo de coaching que se centra fundamentalmente en objetivos y planes de acción. Conviene recordar que el coaching surge originariamente en el mundo del deporte y de ahí pasó al mundo empresarial. Por ello pone tanto foco en definir objetivos y crear acciones concretas que mejoren el rendimiento. Obviamente deben existir buenos objetivos y planes de acción para que el coaching sea tal, pero hacer únicamente esto es rascar la superficie. Si queremos ayudar de verdad a otros, debemos ir mucho más abajo.
Coaching transpersonal
El coaching transpersonal es probablemente el tipo de coaching más profundo que exista. Como coaching que es, también trabajará objetivos y planes de acción, pero no como un fin, sino como un medio. El fin último siempre será ayudar a las personas a despertar a su verdadero Ser.
A modo de ejemplo, supongamos que un cliente desea contratar a un coach para encontrar la manera de poder comprarse un carísimo coche deportivo dentro de un año. El coaching superficial se pondría manos a la obra a identificar cuánto dinero tiene disponible y cómo lograr el que le falta. Todo el foco estaría en lograr el objetivo de comprarse el coche deportivo que desea.
Un coach transpersonal no seguiría ese planteamiento. En su lugar exploraría cuáles son las motivaciones intrínsecas de esta persona para desear un carísimo deportivo, que en estos momentos no puede pagar. Profundizando en la raíz de ese deseo, tal vez se daría cuenta de que anhela el deportivo para mejorar su imagen hacia el exterior, y de esa manera impresionar a la persona que ama.
Si fuera este el caso, podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué desea esta persona realmente? ¿Comprarse un coche o conquistar a su amada? Un coach transpersonal le preguntaría: ¿Quién eres con ese coche y quién eres sin él? ¿Qué es lo que realmente anhela tu corazón? ¿Qué te susurra tu Ser? ¿De qué huyes? ¿Qué quieres esconder? ¿Qué sabiduría hay en aquello que rechazas de ti mismo? ¿Cuál es la vida que has venido a vivir?
Tras unas cuantas peguntas muy difíciles de responder, esta persona se dará cuenta de sus verdaderas motivaciones internas. Al trabajar sobre la raíz de sus deseos, de sus miedos y de sus bloqueos, verá nítidamente el jardín de su vida sin tanta mala hierba. Despertará progresivamente a su verdadera esencia, y desde ahí afrontará cualquier situación de su vida. Puede que finalmente se compre el coche o no, puede que conquiste a su amada o no, o que haga cualquier otra cosa. Pero haga lo que haga, ya no lo hará desde la carencia, ni desde la apariencia, sino desde el sólido centro de saber quién es y cuál es su enfoque vital.
Conclusión sobre los tipos de coaching
Si realmente quieres lograr una gran transformación en tu vida, has de trascender al personaje con el que te has identificado.
De ahí la palabra transpersonal: transcender a la persona que crees ser. Ese personaje es el resultado de tu pasado, de tu educación, de tus deseos y miedos inculcados y aprendidos, de tus experiencias infantiles y adolescentes, de tus vivencias con figuras de autoridad, de tus patrones familiares y relacionales … Ese personaje no es más que un cúmulo de recuerdos mentales y emocionales. ¡Tú eres mucho más que eso! Tu poder de voluntad y de creación es infinitamente mayor. Pero para abrazar tu verdadero potencial, debes transcender aquello con lo que te has identificado y te está limitando. Y eso sólo se logra trabajando en profundidad.
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